Algunas historias del frente de batalla en la “guerra contra el terrorismo”, más conocida como la era de la paranoia. Un camión de bomberos canadiense que acudía a colaborar en la extinción de un fuego en el estado norteamericano de Nueva York fue detenido en la frontera durante siete minutos hasta que los policías comprobaron la matrícula del vehículo.
Un hombre que estaba sufriendo un coma diabético en un autobús en la localidad británica de Leeds recibió dos disparos de una pistola eléctrica ante el temor de la Policía de que supusiera un riesgo para la seguridad de los viajeros.
La zona de equipajes del aeropuerto norteamericano de Portland quedó sellada durante seis horas al aparecer una sustancia blanquecina: resultó ser una mezcla de harina y azúcar.
Un guardia de seguridad expulsó a un hombre de un pub en Cairns, Australia, porque estaba leyendo la novela “El terrorista desconocido”. Algunos clientes se habían puesto nerviosos.
Cuando explicaron lo que había ocurrido al autor de la novela, Richard Flanagan respondió: “¿A qué nivel de estupidez hemos llegado en esta sociedad cuando te expulsan de un bar por la portada de un libro?
Son casos reales ocurridos en las últimas semanas y seleccionados por el blog Schneier on Security. No es necesario llevar una camiseta con la leyenda “Bush es un terrorista” para que te saquen de un avión (ha sucedido en EEUU) o hablar en árabe para que te ocurra lo mismo (ha sucedido en EEUU y también en España). La paranoia exacerbada de las autoridades, unida a los efectos del miedo inoculado en la gente corriente, han terminado por crear el cóctel perfecto: todos somos sospechosos y la Policía tiene todo el derecho del mundo a obrar en consecuencia. Y si te resistes, eso confirma que la Policía tiene razones de peso para actuar.
martes, noviembre 27, 2007
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1 comentario:
Nen me encanta como escribes ^^o
Reconozco que he buscao el termino inocular para saber exactamente su significado :P
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